Quería recordar cocinar alimentos como la jalea de grosellas de acuerdo con una receta culinaria olvidada que conozco desde la escuela secundaria. Afortunadamente, las grosellas congeladas siempre están en mi congelador. Entonces, comenzamos a preparar este manjar descongelando las bayas o tomando frescas, clasificándolas, liberando sus colas y hojas, y lavándolas bien. Luego llene las bayas con agua y jugo para que las cubra ligeramente y cocine las bayas después de hervir durante unos 10-15 minutos. Después de este tiempo, las bayas se retiran del caldo, el jugo resultante se filtra a través de una gasa y se deja hervir durante otros 10 minutos. Después de eso, agregue azúcar granulada a razón (600 gramos de azúcar granulada por 1 litro de jugo) y continúe cocinando hasta que necesitemos la densidad. Debido al hecho de que las grosellas contienen una gran cantidad de pectina, no lo agregamos. Hacia el final de la cocción, agregue aproximadamente 1 cucharadita de ácido tartárico a nuestra gelatina. Vierta la gelatina terminada en recipientes y póngala en el refrigerador durante la noche.